Me despido de la lactancia...
Voy a empezar diciendo que aunque se vea muy fácil no lo es, como todo en la vida necesita esfuerzo, práctica y perseverancia. Al inicio es agotadora, dolorosa, muy emotiva, te drena todo el tiempo, pero se vuelve más fácil. Se que cada experiencia es única pero les comparto algunas cosas que me sirvieron..
1. No hay galactogogo más efectivo que la succión de tu mismo bebé. Incluso si no tiene hambre, el tenerlo cerca, el contacto piel con piel, aumentan tu producción. Libre demanda!!
2. Pide ayuda!! La experiencia de alguna amiga y sus consejos pueden servirte, pero sobre todo de un profesional. Creerás que has leído suficiente, pero créeme que la práctica puede ser muy diferente.
3. Encuentra una posición cómoda para ti y tu bebé. Es indispensable que tenga un buen “latch” esto asegurará una correcta lactancia y deberá disminuir el dolor con el tiempo.
4. Las primeras semanas pasaras mucho tiempo en el sillón amamantando a tu bebé, creerás que no tiene a suficiente leche pero Tu cuerpo es sabio y producirá exactamente lo necesario. Tu pecho no solo alimenta a tu bebé, también es su lugar favorito, porque le ofrece todo lo que el necesita confort, nutrición y sobre todo TU!
5. No restrinjas nada de tu dieta a menos que notes que algún alimento le causo malestar a tu bebé. Observa lo que comes.
6. Relajate, un alto porcentaje de tu capacidad de poder dar o no lactancia depende de tu estado emocional. Recuerda respirar y disfrutar cada momento porque aunque suene “cliché” el tiempo vuelta y cuando menos sientes estarás como yo.. sentada en la mesedora pensando en qué momento crecieron? A donde se fue todo el tiempo que parecía eterno..
7. Nos despedimos de la lactancia poco a poco. El día que inicie el proceso de destete. Fui a misa, comulgué y le di de mamar. Fue un momento muy especial en el que estuve 100% consciente, se lo entregue a Jesús y le día las gracias por todo el tiempo que me permitió compartir con mis dos hijos. Por darme la bendición de tener un cuerpo sano y capaz de nutrir y reconfortar no solo a ellos sino también a mi.
Persevera, porque todo lo que está experiencia te da como recompensa vale la pena.