"Al ver sus ojos y su carita mientras le daba lactancia a mi pequeño príncipe, se despertó en mí el anhelo de querer inmortalizar ese instante que jamás volverá"
En ese preciso momento de conexión entre mi bebé y yo, fue cuando decidí encapsular de forma diferente ese momento único y especial; descubrí que en otros países se elaboraban joyas de leche materna.
Al no existir en Guatemala un lugar donde se elaborarán, quise ser pionera en poder regalarme y regalar a otras mujeres la oportunidad de inmortalizar en una joya ese recuerdo invaluable de amor infinito.
Posteriormente se han diversificado dichos recuerdos y hemos iniciado a encapsular otros momentos mágicos de nuestra vida, como lo es cabello, dientes, cordón umbilical, joyas memoriales, entre otros, que abren la oportunidad a otras madres y personas que quieran plasmar sus historias en una joya que las acompañará toda la vida.